"Diez" es una canción de Eva Ruiz que cuenta con la colaboración del conocido artista español Sergio Dalma. Forma parte del álbum "11 Vidas", un trabajo que ha logrado resonar con la imaginería emocional y las historias de amor y desamor que caracterizan muchas de las canciones en el panorama musical hispano. La canción se mueve entre los géneros pop y balada, y la interacción vocal entre Ruiz y Dalma aporta una riqueza única a la narrativa.
La letra de "Diez" explora una historia de despedida y aceptación. Desde el inicio, se percibe una atmósfera melancólica donde el hablante se enfrenta a sus propios sentimientos, reflejando un momento de introspección tras una ruptura. La línea que dice "Lo dejo aquí, ahora que no oigo sonar, la lluvia en los cristales" establece un contraste simbólico entre el entorno (la lluvia, generalmente asociada a tristeza) y el deseo de encontrar paz. Aquí hay un reconocimiento implícito del dolor experimentado, sugiriendo que dejar atrás a alguien es uno de los caminos hacia la liberación emocional.
A lo largo de la letra, hay referencias constantes a la lucha interna del individuo: "Encenderá la luz para no verte" expresa una resistencia consciente ante recuerdos dolorosos; sin embargo, también aparece un sentimiento inevitable hacia su expareja. Esta dualidad permite ver cómo las emociones pueden ser contradictorias e intensas al mismo tiempo. La frase "Confundámonos entre la gente / Y tratemos de mostrarnos indiferentes" refleja cómo ambos personajes lidian con su separación en público, intentando ocultar lo que sienten mientras luchan por seguir adelante.
Uno de los aspectos más destacados del tema es su uso recurrente del número “diez”. Este recurso numérico desvía nuestra atención a momentos significativos compartidos por la pareja —“Son diez minutos, diez estaciones” o “Del uno al diez y diez era el voto”— simbolizando decisiones cruciales en su relación. A través de estos elementos matemáticos se logra transmitir no solo recuerdos específicos sino también un sentido analítico sobre el amor perdido: hay como un intento por catalogar emociones complejas reduciéndolas a cifras.
Dentro del marco emocional existe una ironía palpable cuando se señala “Ese juego estúpido / Si ya habías decidido / No volver amarme más”. Aquí se subraya la frustración ante situaciones donde dos personas son conscientes de sus decisiones pero aún así permanecen atrapadas en patrones nocivos. El reconocimiento mutuo trae consigo un tipo complicado de culpa vigente; es como si ambas partes estuvieran jugando roles previamente cuestionados.
Curiosamente, "Diez" ha sido bien recibida tanto por los seguidores como por críticos debido a su sinceridad lírica y a las evocadoras interpretaciones vocales ofrecidas por Joaquina Ruiz y Dalma. Su combinación estilística añade instrucciones emocionales e impactantes para quienes han pasado por experiencias similares en relaciones pasadas; evoca recuerdos contrastantes con ciertas realidades contemporáneas del amor moderno.
En resumen, "Diez" cautiva al oyente no solo por sus melodías pegajosas sino también porque trasciende meramente lo romántico para entrar en los matices afectivos humanos más profundos. Es esa mezcla inquietante entre nostalgia y liberación lo que hace que esta balada resuene ampliamente dentro del mundo actual. En última instancia, nos invita a reflexionar sobre el sentido cotidiano del amor: cuántos momentos valiosos perdemos porque nos dejamos atrapar en ciclos infructuosos sin valorar verdaderamente lo que tenemos hasta que ya no está presente.