"Hijo de Cortés" es una pieza musical del destacado cantautor español Enrique Bunbury, lanzada en su álbum "Palosanto" en 2013. Esta canción refleja la habilidad del artista para mezclar géneros como el rock y el blues con letras profundas y provocativas. A través de sus versos, Bunbury plantea una exploración sobre la identidad, la historia y las complicaciones que surgen a raíz de legados coloniales.
La letra comienza con una clara negación de los vínculos con figuras históricas relacionadas con la conquista, como Hernán Cortés o Francisco Pizarro. Esta declaración se convierte en un manifiesto sobre la necesidad de desvincularse de esos pasados glorificados, señalando que no todos los hijos de la historia deben ser considerados responsables por las acciones de sus antepasados. La frase "igual que un chileno o un peruano / no tiene porqué ser hermano / de Fujimori o Pinochet" refuerza esta idea al mencionar líderes opresores contemporáneos del continente sudamericano, sugiriendo que la conexión entre las personas y sus gobernantes no es inherente ni universal.
El estribillo resuena en dos ocasiones predominantes: "brindemos con chelas y pisco" evoca un momento comunitario y festivo, pero también sirve como un llamado a vivir el presente sin aferrarnos a rencores históricos. Esto contradice el discurso frecuente en muchos contextos latinoamericanos donde la historia colonial sigue siendo un tema divisorio. Al brindar “a su salud”, parece invitar a una reconciliación simbólica que permite olvidar viejas heridas mientras se celebra lo cotidiano.
La estructura lírica también incorpora referencias culturales locales, como el pisco – bebida típica peruana y chilena – subrayando un sentido regionalista que busca crear vínculos más sólidos entre pueblos que podrían verse tradicionalmente enfrentados debido a sus historias. Este entrelazamiento cultural resalta aún más el valor del diálogo abierto frente al resentimiento histórico.
Bunbury menciona otros personajes históricos en sus versos, tales como Moctezuma, destacando las complejidades y contradicciones dentro del relato nacional. En lugar de buscar venganza por estos actos históricos -como podría esperar alguien- el artista estima que enterrar rencores es “muy mal consejero”, promoviendo así una perspectiva proactiva sobre cómo enfrentar los problemas surgidos del pasado.
Existen curiosidades notables sobre "Hijo de Cortés"; originalmente parte del repertorio solista tras su etapa con Héroes del Silencio, esta canción ha sido bien recibida tanto por públicos masivos como críticos musicales, quienes han apreciado su enfoque directo e irónico hacia cuestiones tan delicadas como la identidad nacional e histórica.
En conclusión, "Hijo de Cortés" se presenta como una obra reflexiva durante momentos de celebraciones ostensibles donde Bunbury mezcla crítica social e introspección personal, creando así un espacio para repensar historias complejas bajo nuevas luces. A medida que invita a compartir copas y risas entre vecinos supuestamente distanciados por acontecimientos históricos trágicos, nos reta a reconocer nuestras narrativas individuales dentro del contexto colectivo; finalmente sugiriendo que el entendimiento puede florecer si renunciamos al odio heredado.