Dice la canción

Cuando se apagan los focos de Sharif

album

Sobre Los Márgenes

2 de mayo de 2013

Significado de Cuando se apagan los focos

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"Cuando se apagan los focos" es una canción del rapero español Sharif, incluida en su álbum "Sobre Los Márgenes". La pieza refleja el estilo característico de Sharif, que fusiona lírica introspectiva con un enfoque realista sobre la vida de un artista. Este tema en particular aborda las realidades y las contradicciones que enfrenta un músico en su carrera, así como las emociones que surgen detrás de la escena.

La letra empieza con una declaración de honestidad: "Si hago esto, es por amor, tengo que ser honesto", introduciendo al oyente en el dilema emocional del artista. A través de esta frase repetitiva, Sharif establece no solo su motivación para hacer música, sino también la vulnerabilidad asociada a ese proceso creativo. Esta honestidad resuena a lo largo del tema, donde se revela el contraste entre la exterioridad del éxito y la soledad profundamente internalizada que experimenta.

El primer verso describe un amanecer solitario; mientras el mundo aún duerme, el artista se levanta para cumplir con sus obligaciones. Las imágenes evocadas son vívidas: "Las seis de la mañana y Dios me odia", reflejando el desasosiego de tener que afrontar la realidad después de una noche posiblemente llena de inspiración o espectáculo. El uso del frío como símbolo no solo añade intensidad a la escena, sino que también puede interpretarse como una metáfora de la soledad emocional y el desafío cotidiano al que se enfrenta.

En otro párrafo significativo, Sharif captura el sentimiento de ser un viajero perpetuo: "así en cada ciudad soy extranjero". Aquí se pone énfasis en cómo la vida artística puede llevar al desarraigo; aunque cambia el contexto físico (ciudades y hoteles), permanece constante la sensación de soledad y desconexión. Este desfase autobiográfico hace eco con muchos otros artistas que sienten que su arte les otorga una voz pero también un vacío personal difícil de llenar.

A medida que avanza la canción, hay menciones a sí mismo como "el verso de un Don Nadie" o "carne y hueso con el corazón al aire", lo cual encapsula perfectamente esa lucha entre las apariencias externas y las luchas internas. A pesar del reconocimiento superficial del público ("ni saben de mí"), hay una profunda tristeza subyacente que contrasta con situaciones cotidianas llenas de luz y emoción desde fuera.

El análisis revela mensajes ocultos sobre los sacrificios personales necesarios para triunfar artísticamente. Al hablar sobre repartir amor a través del dolor vivido ("como el pájaro que canta su dolor para que la gente baile"), él muestra cómo transforma sus experiencias difíciles en arte valioso; sin embargo, lamenta cuán poco se comprenden realmente estos sacrificios.

Un dato interesante sobre “Cuando se apagan los focos” es cómo este título evoca tanto a los momentos culminantes en los escenarios como a aquellos instantes íntimos cuando todo termina y queda solo el silencio. Refleja la dualidad inherente al mundo musical: por cada ovación recibida hay interminables horas detrás del telón marcadas por incertidumbre y esfuerzo constante.

En conclusión, esta canción no solo narra historias particulares dentro del viaje personal y profesional del artista sino también conecta universalmente con cualquier persona buscando sentido detrás de sus propias batallas. Se trata no sólo de encontrar luz entre sombras sino también abrazar dicha lucha como parte intrínseca del viaje humano hacia cualquier meta deseada.

Interpretación del significado de la letra realizada con IA.

Si hago esto, es por amor, tengo que ser honesto,
no estás en mi piel, pero puedes estar en mis textos
Si hago esto, es por amor, tengo que ser honesto,
puedes estar en mis textos.
Si hago esto, es por amor, tengo que ser honesto,
no estás en mi piel, pero puedes estar en mis textos
Si hago esto, es por amor, tengo que ser honesto,
puedes estar en mis textos.

Las seis de la mañana y Dios me odia,
el despertador no da misericordia,
aun tiritan las estrellas en el cielo,
no sé si de frío o de miedo.
Así que me levanto sin llanto, sin drama, sin ruido,
aun en pijama y con un sueño del carajo,
miro a mi dama, la beso y me despido
la dejo en la cama y yo tiro pa’ mi trabajo.
Y cuando bajo, a la calle, el frío escuece,
me enciendo un porro mientras se desnuda el alba
me subo al coche, justo cuando amanece,
y el filo de la noche se tiñe de color malva.
Y ya de viaje voy quemando carretera,
mientras ahí afuera todo es tierra y todo es monte
y yo, con ganas de cruzar otra frontera
y de buscar la primavera voy detrás del horizonte.
Así en cada ciudad soy extranjero,
un viejo rockero, un forastero, un visitante,
un emigrante a lomos de un lapicero
que se quedó en rapero porque no llego a cantante.
Distinta hora, distinta ciudad,
distinto hotel pero la misma soledad que en hospitales,
distinta luz y oscuridad,
pero siempre la misma realidad tras los cristales.
Solo soy eso, el verso de un Don Nadie
carne y hueso con el corazón al aire
vivo preso de este amor
como el pájaro que canta su dolor para que la gente baile.
Y es que no saben de mí, ni de mi misa,
ni, de la tristeza que se esconde en mi sonrisa,
ni, del do re mi de mi trabajo incierto,
de desnudar el alma cada noche en el concierto.

Quieres que siga? deja que te diga que yo,
paso fatiga cuando el técnico me afina la voz,
dios bendiga a mi familia y a mi rima feroz
represento a mi ciudad y a mi voz.
Tras la cena de vuelta en el camerino,
en soledad fumando fino, hablando de la vida,
de su herida de las piedras del camino,
y de la suerte, de vencer a la muerte y al destino.
La calma que precede a la tormenta,
cinco minutos nos dicen desde la puerta,
y ya no importa el tiempo que lleve en pie
aquí todas las veces son siempre la primera vez.
Recuerdo porque amo este oficio,
este suplicio esconde algo extraordinario
estoy en paz, bendigo el sacrificio
morir para nacer cada noche en el escenario.

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