“Tendré que volver a amar” es una de las composiciones más emblemáticas de Fito Páez, un destacado representante del rock argentino y uno de los artistas más influyentes en la música en español. La canción forma parte del álbum "El Amor Después del Amor", publicado en 1992, cuyo impacto marcó un hito en la música latina. Este disco se considera uno de los más importantes dentro del rock en español y catapultó a Páez al estrellato internacional.
La letra de “Tendré que volver a amar” trata sobre el anhelo y la complejidad de las relaciones amorosas. En ella, Fito pone de manifiesto una lucha interna entre el deseo y el miedo a abrirse nuevamente tras haber sufrido desengaños. Utiliza imágenes poéticas para transmitir emociones tan universales como la desesperanza, pero también la fe en el amor como un ciclo que se repite inevitablemente. Talleres líricos sobre lo efímero y lo eterno revelan su profunda comprensión del amor, donde se reconoce que aunque haya heridas, siempre hay espacio para volver a intentarlo.
Emocionalmente, la canción refleja una sensacion ambivalente; por un lado, hay una melancolía latente debido a las experiencias pasadas que han dejado marcas, y por otro lado, un renovado impulso hacia el futuro. Esto sugiere una narrativa transformadora: el dolor puede ser un maestro incluso cuando no queremos recordar esas lecciones. La ironía aquí reside en el hecho de que a pesar del sufrimiento amoroso indudable —un tema recurrente en muchas canciones— existe esa inextinguible llama que nos impulsa a buscar nuevamente el amor.
En términos de producción musical, "Tendré que volver a amar" es representativa del estilo característico de Fito Páez durante los años 90, donde se fusionan melodías pop con elementos del rock alternativo y sonidos tradicionales argentinos. Esta mezcla única atrajo tanto a críticos como al público general e hizo su música excepcionalmente accesible siendo profundamente introspectiva al mismo tiempo.
Un dato curioso sobre esta canción es cómo se interpreta cada vez desde diferentes perspectivas según las experiencias personales del oyente. A través de diversas generaciones ha resonado con aquellos que enfrentan rupturas o simplemente reflexionan sobre sus propias historias románticas. La capacidad de Fito para conectar emocionalmente con su audiencia es uno de sus sellos distintivos.
Recibir elogios tanto por su musicalidad como por su lírica ha llevado a “Tendré que volver a amar” no sólo a convertirse en un clásico dentro del repertorio argentino sino también un referente dentro del ámbito hispanohablante global. Los premiados sellos discográficos han mostrado interés por revivirla con versiones modernas o reinterpretaciones contemporáneas por otros artistas latinoamericanos.
En resumen, “Tendré que volver a amar” encapsula esa dualidad inherente al amor: una fragilidad desbordante combinada con una esperanza inquebrantable. La música junto con la prosa ingeniosa de Fito Páez logra generar empatía entre quienes han sentido ese mismo anhelo irracional e inevitable hacia nuevas oportunidades afectivas. Cada escucha invita no solo a reflexionar sino también al consuelo compartido por todos aquellos que alguna vez han amado y perdido; un recordatorio esencial de que siempre habrá espacio para volver a intentar abrir nuestro corazón nuevamente al amor.